viernes, 13 de marzo de 2015

Hallan en La Hermida signos "más antiguos que los bisontes de Altamira"

Un grupo de espeleólogos encontró pinturas que pueden tener más de 20.000 años de antigüedad en la cueva Áurea.


Con las mesas del menú del día ya recogidas, en el 'Paquín' tocaba tertulia. «Sí, mujer. La de Áurea, la recuerdo yo de cuando era pequeño». Los que viven en La Hermida saben muchas historias de cuevas y ayer era día para tirar de recuerdos. El desfiladero es un 'Gruyer' salpicado de entradas, galerías y cavidades. Huecos de pastores y de cabras, estantes de queso, refugio de críos curiosos... Lo que hasta hace poco no sabía nadie es que una de ellas guardaba un secreto que nadie ha revelado en unos 21.000 años. «Es aventurado», dicen los expertos a la hora de poner etiquetas, pero son ellos los que apuntan que, a bote pronto, el hallazgo tiene toda la pinta de ser «más antiguo que los bisontes de Altamira». «A la vista del primer signo, los referentes son conjuntos rupestres de cuevas de un periodo antiguo, premagdaleniense. Podría tener entre 20.000 y 28.000 años, lo que corresponde a lo que llamamos periodo gravetiense», explica Roberto Ontañón antes de volver a insistir en eso de que «es aventurado». El director de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria tiene claro que esto requiere de tiempo y estudio. No hay prisa. Pero él y los pocos que ya los han visto -los especialistas entraron ayer por segunda vez- saben que el valor arqueológico de los signos rojos sobre las paredes es indudable. Algo que, curiosamente, nunca supo Áurea, la pastora que dio nombre a este lugar recóndito y que falleció hace ya años en la residencia de Potes. A ella solo le preocupaba que las cabras no se le fueran por el hueco. Que no cayeran, justo, donde está el gran tesoro de 'su cueva'.
¿Y qué hay dentro? El gran signo casi brilla sobre una pared blanquecina y perfectamente lisa. Como un marco perfecto. La precipitación de una fina capa de calcita ha hecho su trabajo lento. Es una sucesión de pequeños círculos, una hilera que da forma a una figura vertical, alargada «hecha con pintura líquida aplicada con el dedo». Óxido de hierro. Es lo que vieron Manel Llenas y Raquel Hernández, vinculados al Espeleo Sabadell. Andaban 'desatascando' huecos. Retirando los muros que los pastores colocaron para evitar perder animales -el suelo está lleno de huesos-. Cuentan por el pueblo que los espeleólogos descubrieron la pintura al repasar una de sus propias fotografías. «Actuaron de acuerdo con la normativa y el sentido común, hicieron una foto y nos la enviaron al Museo de Prehistoria. Nada más ver la foto nos dimos cuenta de que el sitio tenía interés desde un punto de vista arqueológico», explica Ontañón.
La fórmula del gran signo se repite a pocos metros, a su derecha. Cuatro dedos, como huellas dactilares, seguidos. Cerca,otro más y una masa rojiza. Es lo que hay en la 'gran sala'. Pero aún queda. En el trayecto hasta este punto, si uno mira hacia arriba en una pequeña bifurcación angosta, en el tubo de bajada, aparece «un signo muy complejo que despierta mucha curiosidad porque no le vemos paralelismos evidentes a primera vista». Al resto, sí. Eduardo Palacio, arqueólogo de la Consejería, habla de memoria de Chufín mientras explica, con ese cariño del que sabe que tiene algo muy valioso entre manos, cada uno de los detalles de las pinturas deslizándose por el recinto. Detalles que evocan lo visto en Cudón, Los Marranos, Porquerizo... Pero esto es lo primero con arte rupestre paleolítico documentado en el valle del Deva. Al interior de la región, «lo que supone una notable aportación al patrimonio cultural de Cantabria».
Difícil acceso
Está, de hecho, en pleno desfiladero de La Hermida. A unos cuarenta metros de altura con respecto al nivel de la carretera que serpentea entre el río y los riscos. Dejando atrás Rumenes y el desvío a Cuñaba, pasando por el puente de pescadores que los de aquí llaman del Infierno. Pasar el puente y a la izquierda. Diez o veinte metros, no más. Allí está la base. Peñarrubia. «Es un día feliz. Ni nos lo creíamos cuando repetidas veces habíamos escuchado decir que no había hallazgos de este tipo en el desfiladero». El alcalde, Secundino Caso, estaba pletórico. «¿De verde?», preguntaba a los operarios que pintaban el cierre metálico que ayer mismo colocaron en la entrada de la cueva. «Todas van pintadas en este color», le decían los chicos, que ya saben lo que es trabajar cerca de las cuevas. 
Ellos, la cuadrilla -y el equipo de El Diario Montañés que consiguió acceder a la cueva junto a los investigadores-, tuvieron que trepar por un camino pindio. Hay que apoyarse en cuerdas y fijarse en dónde se colocan los pies. Entre árboles y riscos, hacia lo alto. Con dos tramos especialmente difíciles antes de llegar al hueco. A las nueve de la mañana ya tenían colocada la reja para preservar el hallazgo y evitar que aquello se llene de curiosos antes de tiempo. Justo al lado, ya dentro, se abre un espacio amplio. Como un 'hall' de entrada. Allí dejaban las cabras y, al fondo, se abren los huecos que los pastores trataban de bloquear. Las entradas hacia el pasado, las puertas -ahora que está tan de moda- de un ministerio del tiempo. Es una galería de bajada con formaciones estalagmíticas. Estrecho, resbaladizo. Hay que mancharse para llegar y bajar la cabeza para no golpearse. Con una parte de pendiente pronunciada y un par de tramos en los que hay que meter barriga y encogerse para pasar. Luego, otro espacio amplio. No alto, pero apto para un grupo de cuatro o cinco personas. El 'salón', el punto clave. Y hay más, al fondo, medio cerrado (ahí quedó interrumpido el trabajo de los espeleólogos). «Lo que estaban 'desobstruyendo' donde encontraron el primer signo son pasos naturales. La cueva continúa y dicen que es posible que haya al menos otro punto rojo», explica Ontañón. Con la boca pequeña, pero todos aseguran que puede haber más pinturas. Aquí, allá... Cerca, en todo caso. «Si en una cueva que no es lógico, en principio, que hubiera pinturas ha aparecido esto... Doscientos metros más arriba está la cueva Candúa, que ha estado cubierta de agua. Si en algún sitio podían vivir y pintar era ahí...», deja caer el alcalde.
«El desfiladero -insistía el edil- no es un problema, es una oportunidad. Humanizar y peatonalizar esto de alguna manera es un regalo. Refuerza la teoría del municipio de que este lugar es más que una vía de comunicación, es una maravilla que en su momento estuvo humanizada. Ilusiona esto como un revulsivo para el sector turístico y cultural del municipio».
«Que no puede ser»
Caso, que por la tarde estuvo en Santander para hablar del descubrimiento, recordó a Áurea. A la mujer que regaló su nombre a este lugar. Y también aLola, que siguió con la tradición de guardar las cabras en la cueva. Aún vive. No muy lejos de allí. Tiene más de 80 años y fue el edil el que le contó lo que habían descubierto. «Pero ella decía que no, que allí no había ninguna pintura, que la habría visto y que, si la hubiese, tenía que ser muy reciente». Estaba contenta, pero no daba el brazo a torcer. Tanto, que cuando le contaron que iban para allá, les dijo que «ahí, al fondo, no entrasen». «Queuna vez se le coló allí un cabrito y nunca más lo volvió a ver».

Arrasado en Lleida el mejor yacimiento de huevos de dinosaurio

Un desconocido machaca los nidos fósiles de Coll de Nargó, de 69 millones de años.


El antropólogo Salvador Moyà compara el caso con los bárbaros ataques del Estado Islámico para destruir las estatuas milenarias del museo de Mosul y de las antiguas ciudades asirias de Nimrod y Nínive, en Irak. En los últimos días, uno o varios vándalos han asaltado el mejor yacimiento de huevos de dinosaurio de Europa, en Coll de Nargó (Lleida), y han arrasado todos sus fósiles, de unos 69 millones de años.
“No han robado nada, lo han destrozado todo con una maza y no se han llevado nada. Es un crimen, una pérdida irrecuperable”, lamenta Moyà, director del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), responsable de la excavación del yacimiento. El investigador recalca que ha sido una destrucción premeditada, no surgida al calor de un botellón en esa zona aislada. “No hemos encontrado nada, ni latas ni botellas”, afirma.
El yacimiento de Coll de Nargó se sitúa al oeste de este pueblo de 600 habitantes del Pirineo de Lleida. En su terreno se han hallado miles de huevos de varias especies de dinosaurios del Cretácico Superior emparentadas con los diplodocus. La zona destruida, llamada el Mirador del Cretáceo, estaba convertida en museo al aire libre y abierta al público. Albergaba una veintena de huevos, hoy arrasados. El 19 de marzo estaba previsto inaugurar una nueva exposición.


No es el primer suceso extraño que ocurre en Coll de Nargó. El 30 de mayo de 2013, el propietario de la finca en la que se encuentra el yacimiento, Josep Maria M. N., sustrajo en el mismo punto un esqueleto fósil de una cría de un animal vertebrado, posiblemente un dinosaurio de unos 70 millones de años. El bloque de piedra, de 80 kilogramos, fue devuelto un mes más tarde partido en tres trozos, y el responsable fue cazado y juzgado. En enero de este año, una juez de Lleida limitó el castigo a una multa de 90 euros. El acusado alegó que no pretendía robar el fósil, sino denunciar supuestas irregularidades en la excavación del lugar, negadas por los investigadores.
El nuevo ataque fue descubierto ayer durante "una visita rutinaria" por Àngel Galobart, investigador del ICP. “Me quedé como los huevos, de piedra”, recuerda. “Se trata de una destrucción minuciosa, alguien fue huevo por huevo reduciéndolos a polvo. No se puede recuperar nada”, denuncia. “No tenemos ningún indicio de que esta destrucción esté relacionada con el expolio de hace dos años”, asegura. La investigación, iniciada tras una denuncia puesta hoy por el departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, está en manos de los Mossos d'Esquadra.

jueves, 12 de marzo de 2015

Descubren en Francia una tumba "excepcional" de un príncipe celta

Una tumba "excepcional" del siglo V antes de Cristo, que habría pertenecido a un príncipe celta, ha sido desenterrada en las afueras de Lavau, en la región francesa de Champaña-Ardenas.


La tumba, que contiene objetos griegos y posiblemente etruscos, ha sido descubierta en una zona de negocios, sostienen los arqueólogos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP). Los investigadores creen que el hallazgo, que incluye un caldero de bronce, podría arrojar luz sobre el comercio de la Edad del Hierro en Europa, informa BBC.


El túmulo, de 40 metros de ancho, tiene en su centro una cámara funeraria de 14 metros cuadrados, donde se encuentra el difunto y su carro. INRAP aseguró que es una de las cámaras funerarias más grandes registradas para ese período y es "excepcional", no sólo por su tamaño, sino también por la calidad del material desenterrado.

¿Vida en Encélado, una luna de Saturno?

Aunque durante mucho tiempo, de entre las lunas de Saturno, ha sido Titán la que más expectativas ha levantado entre los astrobiólogos y el público en general como satélite con probabilidades de albergar vida, algunos hallazgos recientes sobre Encélado abren la fascinante posibilidad de que ese mundo albergue formas de vida microbiana.
En varias ocasiones en que la sonda espacial Cassini ha sobrevolado Encélado, ha sido posible vislumbrar cosas que alimentan esa idea. Una de tales ocasiones ha sido durante el sobrevuelo efectuado hace varios días, concretamente el 27 de Marzo. En este sobrevuelo, la Cassini descendió hasta una altitud de tan sólo unos 74.000 metros (alrededor de 46 millas) sobre la superficie del polo sur de esa enigmática luna.
Esos sobrevuelos han revelado una notable abundancia de "géiseres" que expulsan moléculas de agua. Esos surtidores se abastecen a partir de lo que parece ser un vasto mar subterráneo. Los géiseres, que conducen el material saliente a través de fisuras en la corteza de hielo del astro, podrían delatar la existencia de una zona habitable en Encélado.


Más de 90 géiseres de todos los tamaños cerca del polo sur de Encélado expulsan vapor de agua, partículas de hielo y compuestos orgánicos hasta una altura considerable. La Cassini ha volado varias veces a través de una tenue nube de material formada por la acción de los géiseres. Una de estas ocasiones ha sido el pasado 27 de Marzo. Cruzar por esa nube le ha permitido a la nave analizar la composición básica del material. El equipo de Carolyn Porco, jefa del grupo científico de gestión de imágenes de esa sonda espacial de la NASA, ha comprobado que aparte de agua y material orgánico, hay sal en las partículas de hielo. Y su salinidad es la misma que la de los océanos de la Tierra.
Con 505 kilómetros de diámetro, Encélado es casi siete veces más pequeño que la Luna de la Tierra. Pero a diferencia de nuestro satélite natural, Encélado está cambiando continuamente, como se deduce de los chorros de sus géiseres de hielo y agua líquida, que son probablemente el resultado del calor y la presión existentes en sus profundidades. La fuente indirecta de ese calor interno de Encélado parece ser Saturno. El tirón gravitatorio de Saturno genera fuertes tensiones estructurales en esa luna, hasta el punto de que la forma de Encélado cambia sutil pero perceptiblemente de forma a diario a medida que recorre su órbita en torno a Saturno. Esas tensiones y deformaciones generan calor.
La superficie de Encélado es bastante joven, posiblemente de menos de 100 millones de años de edad. Es la sexta luna más grande conocida de las que giran alrededor de Saturno. El astrónomo William Herschel descubrió este satélite en 1789.
La superficie de hielo de Encélado incluye áreas de llanuras suaves, las "fumarolas" de hielo (aberturas en el terreno helado por las que surge el material interno), y largas líneas de fracturas en su polo sur. Las fracturas son la fuente de los penachos de partículas de hielo expelidos por el astro.
Porco cree que este singular satélite, con su aparente mar subterráneo de agua líquida, su materia orgánica, y la fuente de energía térmica derivada de esas deformaciones y tensiones estructurales constantes, podría albergar en el subsuelo el mismo tipo de vida que existe en ambientes comparables de la Tierra. Los ecosistemas que Encélado acaso posea se podrían parecer a los que alberga la Tierra a gran profundidad. En zonas subterráneas de rocas volcánicas de la Tierra, el calor y el agua líquida son abundantes. Las formas de vida en estas rocas terrestres subsisten del hidrógeno (liberado por reacciones entre el agua líquida y las rocas calientes) y del dióxido de carbono, y producen metano, el cual es reciclado, volviendo a dar lugar a hidrógeno. Y todo ello ocurre en ausencia total de luz solar o de cualquier producto generado por ella.


Pese a todo, lo que hace único a Encélado es que su zona habitable es de acceso muy fácil para los análisis químicos. Debido a la baja gravedad de ese astro, los géiseres son capaces de lanzar material a una altura suficiente como para que la Cassini tome muestras. Si hay vida, sería factible atrapar microorganismos desde el espacio, durante un sobrevuelo de un vehículo espacial. O también en la superficie, donde algunas de las partículas expulsadas acaban cayendo.
Esto abre la fascinante posibilidad de que el astro donde más fácil sea detectar vida, en caso de haberla, sea Encélado. Tal como subraya Porco, la nieve que circula a gran altitud o se deposita en la superficie de Encélado podría albergar microorganismos. En definitiva, no habría que taladrar a través de kilómetros de hielo, ni excavar a gran profundidad en terrenos rocosos, ni enfrentarse a tantos otros obstáculos como exige la búsqueda de vida en otros astros del sistema solar.

Investigadores no pueden explicar las 'mazorcas' de 3.000 años halladas en México

Los artefactos de la época olmeca hallados en un arroyo de México y que recuerdan por su forma a mazorcas de maíz desconciertan a los investigadores, incapaces aún de esclarecer su función.


Los arqueólogos han hallado objetos insólitos de jade con forma de mazorcas de maíz en el estado mexicano de Veracruz. El hallazgo, al que los propios arqueólogos se refieren como "extraordinario e insólito" en una reciente publicación en la revista 'Ancient Mesoamerica', fue hecho bajo el agua en la excavación Arroyo Pesquero, en la zona arqueológica de la cultura Olmeca, y corresponden a los años 900-400 a.C. Los objetos, de 8,7 centímetros de longitud y 2,5 centímetros de ancho, son de jadeíta blanca y marrón y tienen una forma "única" y elementos iconográficos con formas rectangulares y líneas grabadas que desconciertan a los científicos, que no saben con certeza cómo interpretarlos claramente.Los objetos fueron hallados en 2012 a una profundidad de entre dos y tres metros en un arroyo de la zona de excavación, pero todavía no se ha podido esclarecer su función, según el director del proyecto arqueológico, el profesor Carl Wendt, de la Universidad Estatal de California. Una de las posibles explicaciones es que los artefactos eran empuñaduras de punzones utilizados para extraer la sangre durante rituales religiosos. Pudieron ser depositados en el arroyo del lugar como ofrenda, ya que el agua dulce en la zona era muy escasa y la divinizaban.



Descubren la «Ciudad del Dios mono», un enclave perdido con 1.000 años de antigüedad

El lugar está ubicado en Honduras, incluye extrañas estatuas de animales y es conocido también como la «Ciudad Blanca»


Un grupo de arqueólogos de National Geographic afirman haber descubierto en la inexplorada selva de la Mosquitia (Honduras) restos de la «Ciudad del Dios mono» o «Ciudad Blanca», un enclave desconocido que dataría del año 1000 d.C. El hallazgo de esta región pone así fin a la búsqueda que, durante más de un siglo, se había realizado de esta metrópoli –famosa porque una civilización desconocida talló en ella todo tipo de figuras de animales, según referencias de la etnia local Pech-.
En palabras de expertos como el arqueólogo Virgilio Paredes (uno de los responsables del descubrimiento), la ciudad cuenta con más de medio centenar de figuras que, realizadas a escala, imitan desde hombres, hasta todo tipo de animales de la zona como jaguares. Todo ello, pasando la representación de viviendas y pirámides de ladrillo y barro. «El lugar está tan apartado que no ha sido visitado por ningún ser humano en al menos 600 años», ha explicado el experto.
Esta ciudad, siempre según los escritos, fue descubierta por los conquistadores españoles cuando llegaron a América del Sur tras el primer viaje de Colón. Éstos la llamaron «Ciudad Blanca» porque el material con el que estaban fabricadas sus viviendas era de dicho color.
Posteriormente, es necesario esperar hasta 1939 para encontrar una nueva referencia a ella. Y es que, fue en esa época cuando el explorador estadounidense Theodore Morde señaló que había llegado a esta urbe y que en ella había observado las susodichas estatuas (destacando la de un mono).
¿Descubrimiento o gran mentira?
A pesar de que el equipo de National Geographic ha afirmado que el lugar se corresponde con la «Ciudad Blanca», ya han sido varias las voces que señalan que el descubrimiento no puede ser tal. Entre las opiniones discordantes destacan las del jefe de la Unidad de Arqueología del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), Oscar Castro, quien afirma que las ruinas halladas no son las de este emplazamiento, sino las de una cultura ubicada en el la parte central América y desconocida hasta la fecha. El experto, además, cree que es «aventurado» afirmar que sea la «Ciudad del Dios mono» sin haber realizado ninguna prueba previa.
Lo que National Geographic difundió el lunes pasado, según Castro, podrían ser otros sitios que se extienden desde La Mosquitia, que forma parte del departamento de Gracias a Dios, hasta Nicaragua.
Al parecer, esto no es extraño, pues en la región existen multitud de emplazamientos arquitectónicos aún sin descubrir. Uno de los problemas que tiene Honduras es la falta de presupuesto para profundizar en la investigación de los múltiples sitios arqueológicos que posee en los cuatro puntos cardinales de su territorio.
De la misma opinión es el arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia, quien ha señalado que el hallazgo carece, por el momento, de evidencias científicas para señalar que se corresponde con la «Ciudad Blanca». En lo que sí coinciden los expertos, es en que en La Mosquitia hondureña también hay vestigios de una cultura desconocida.

Creen haber hallado los restos de Miguel de Cervantes y su esposa

Los restos, disgregados y "en muy mal estado", según los investigadores, se han encontrado junto con material óseo de varios adultos más en uno de los nichos de la cripta.
Fuentes del Ayuntamiento afirman que el estado de los trabajos del equipo de investigación a día de hoy no garantiza que se hayan encontrado los restos de Cervantes y de su esposa.


Los investigadores que buscan a Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, donde fue enterrado, creen haber hallado los restos óseos del escritor y su esposa, Catalina de Salazar, según han informado fuentes cercanas al proyecto. Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento afirman que el estado de los trabajos del equipo de investigación a día de hoy no garantiza que se hayan encontrado los restos de Cervantes y de su esposa.
Los restos, disgregados y "en muy mal estado", se han encontrado junto con material óseo de varios adultos más en uno de los nichos de la cripta distinto al que contenía la tabla con las iniciales M.C., y los análisis de laboratorio externo parecen indicar que son los del padre del Quijote y su esposa.
Según han informado las mismas fuentes, no se trata del punto de enterramiento donde el escritor fue sepultado en 1616 sino el sitio al que se trasladaron sus restos óseos con posterioridad a 1673, cuando comenzaron las obras de remodelación de la iglesia, ahora catalogada como bien de interés cultural (BIC) y ubicada en el madrileño barrio de las Letras.
Han sido las pruebas con un espectrómetro de masas las que han permitido al equipo liderado por el forense Francisco Etxeberria analizar la composición ósea y datar los restos que coincidirían con los de Miguel de Cervantes, su esposa, y otros individuos que fueron enterrados en la misma época, en localizaciones también comprobadas en la investigación.
No obstante, no se ha hallado el esqueleto completo de Cervantes sino huesos en mal estado, una hipótesis que viene a refrendar el punto de partida de los investigadores.
"No vamos a encontrar a Cervantes con su nombre puesto en un ataúd", ironizó el director del proyecto, Francisco Etxeberria, cuando en junio del año pasado se presentaron los puntos de enterramiento de la iglesia detectados con un georradar.
El profesor Etxeberria, que ha participado en el estudio de las fosas comunes de la Guerra Civil, en el caso Bretón o en el análisis de los restos de Salvador Allende, ha dirigido esta segunda fase del proyecto centrada en la recuperación y análisis del material para cotejar después su posible correspondencia con los del escritor.
En el convento anejo a la iglesia de las Trinitarias residen aún 13 religiosas que fueron en principio reacias a la búsqueda, pero que finalmente dieron su visto bueno a una intervención que en esta última etapa han seguido muy de cerca.

Descubiertas nueve galaxias enanas alrededor de la Vía Láctea

Están en el cielo del hemisferio Sur y ayudarán a investigar la materia oscura del universo.


Un total de nueve nuevas galaxias enanas en órbita de nuestra Vía Láctea han sido descubiertas en el cielo del hemisferio sur cerca de las Nubes de Magallanes. Son unos mil millones de veces menos luminosas que la Vía Láctea y un millón de veces menos masivas, explican los astrónomos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), uno de los dos equipos autores del hallazgo. La más cercana de ellas está a unos 97.000 años luz de la Tierra, en dirección de la constelación de Retículo, y parece estar siendo desgarrada debido a las fuerzas de marea de nuestra galaxia; la más lejana, a 1,2 millones de años luz, está en el borde de la Vía láctea, hacia la constelación de Eridano.
La Vía Láctea no está sola en el universo, sino que forma parte del denominado Grupo Local, con otras dos grandes galaxias espirales (Andrómeda y la menor denominada del Triángulo) y más de numerosas enanas, entre las que destacan las dos Nubes de Magallanes (la Grande y la Pequeña). La menor de las enanas conocidas tiene unas 5.000 estrellas, frente a algunos cientos de miles de millones de astros de la Vía Láctea, por lo que son difíciles de detectar dada su escasa luminosidad incluso en nuestro vecindario cósmico. Más de dos docenas de enanas habían sido identificadas ya alrededor de nuestra galaxia.
“El descubrimiento de tantas galaxias satélite en un área tan pequeña del cielo ha sido completamente inesperado. No podía dar crédito a mis ojos”, señala Sergey Koposov, investigador principal de uno de los dos equipos que, independientemente, presentan este martes el hallazgo, en un comunicado de la Universidad de Cambridge. El otro equipo está integrado por astrónomos del Dark Energy Survey, un programa internacional (con participación española) que se desarrolla con una cámara avanzada construida en Fermilab (EE UU) y que está instalada en un telescopio de cuatro metros del observatorio de Cerro Tololo (en Chile). Los dos grupos han basado sus análisis en los datos del primer año de observaciones de este programa.
Las nueve galaxias enanas componen el mayor número de estos objetos celestes descubiertos de una vez, señalan los científicos, que dan a conocer su investigación en la revista The Astrophysical Journal.


Para los científicos el descubrimiento de esas nuevas galaxias enanas adquiere relevancia por lo que puede aportar a la investigación de la materia oscura, ese algo desconocido, que no emite ni absorbe radiación, que solo delata su presencia por su efecto gravitatorio y que supone el 26,8% de todo lo que existe (según los datos más actuales del satélite Planck), con un 4,9% de materia ordinaria y un 68,3% de energía oscura. Dado que la materia oscura, por ahora, solo se hace notar por la influencia gravitatoria que ejerce en las galaxias y entre ellas, el estudio del grupo local y la interacción entre sus miembros son datos esenciales para profundizar en su estudio. "El gran contenido de materia oscura en las galaxias satélite de la Vía Láctea significa que estos resultados son importante tanto en astronomía como en física", comenta Alex Drlica-Wagner, miembro del equipo de Fermilab.
“Las galaxias enanas satélite de las grandes son la última frontera para verificar nuestra teorías sobre la materia oscura”, afirma Vasily Belokurov, uno de los autores del reciente descubrimiento. “Necesitamos encontrarlas para determinar si nuestra imagen del cosmos tiene sentido y encontrar un número tan grande de esas galaxias enanas cerca de las Nubes de Magallanes fue una sorpresa dado que las observaciones previas del cielo del hemisferio sur habían aportado muy poco. No esperábamos dar con semejante tesoro”.
Los investigadores reconocen que de los nueve objetos celestes descubiertos, tres son sin duda galaxias enanas, mientras que para las otras no descartan que sean cúmulos globulares, grupos esféricos de estrellas.
De cualquier forma, el hallazgo es intrigante: “Tal vez estas galaxias enanas estuvieron en el pasado en órbita de las Nubes de Magallanes y han sido desprendidas por la interacción entre ambas. Tal vez formaban parte de un grupo gigante de galaxias que, junto a dichas Nubes de Magallanes, están cayendo hacia nuestra Vía láctea”, comenta otro de los investigadores de Cambridge, Wyn Evans.

Las alemanas sufrieron 860.000 violaciones de los aliados

Elfriede fue forzada a los 14 años por soldados de EEUU.
Hay un caso documentado de una niña de 7.
Se sabía de los abusos de los rusos tras la II GM, pero menos de los de los americanos.
Una investigación les adjudica 190.000 violaciones. Y recoge testimonios.


"No había agua corriente y mi madre y yo habíamos salido a buscar agua con cubos. Al llegar al puente, los soldados americanos dijeron que mi madre debía pasar, pero que yo tenía que esperar allí. Mamá hizo ademán de volver atrás, pero la empujaron y la obligaron a atravesar el puente. Ella miraba hacia atrás sin perderme de vista, pero no podía hacer nada". Así relata Elfriede Seltenheim el momento en que las tropas de los aliados occidentales, que habían ocupado su pueblo en Ostbrandenburg, la arrancaron del seno de su familia.
Tenía 14 años en aquel mes de febrero de 1945. Una fotografía tomada unos días antes, a modo de celebración del final de la II Guerra Mundial, la muestra con una tímida sonrisa y dos trenzas doradas que caen sobre sus hombros. Desde allí fue trasladada a un barracón en el que los soldados estadounidenses la violaron innumerables veces, día y noche, durante cuatro semanas.
"No recuerdo haber gritado ni una sola vez. Estaba aterrada", dice. A sus 84 años, recuerda los hechos mientras limpia sus manos, una y otra vez, en la cobertura que protege el reposabrazos del sillón en el que repasa sus recuerdos. Cuando regresó a casa no se habló jamás del asunto, ni jamás desde entonces se le ha ocurrido reclamar ningún tipo de reconocimiento o indemnización. "Algo quedó muerto en mí", trata de explicar ahora. "Perdí la sonrisa para siempre. Después perdí las lágrimas. Y le voy a decir una cosa: se puede vivir sin sonreír, pero no se puede vivir sin llorar".
Setenta años después del final de la II Guerra Mundial sigue sin hablarse en voz alta en Alemania sobre las mujeres y niñas violadas por las tropas de ocupación. La familia de Elfriede, como muchas otras, sentía terror a la llegada de las tropas rusas porque entre pueblos y ciudades viajaban rápidamente las historias sobreviolaciones sistemáticas del ejército rojo. Los soldados americanos, sin embargo, fueron recibidos como liberadores y la propaganda ha dejado marcada en el ideario colectivo alemán la imagen del "amigo americano" como un soldado de ocupación que no cometió crímenes de guerra. La investigación de la historiadora alemana Miriam Gebhardt, cambia esa versión de la historia.
'Es sólo el prinicipio'  
Gebhardt, que por primera vez pone cifras a las violaciones masivas, calcula 860.000 en los meses posteriores al fin de la guerra. Al menos 190.000 de ellas fueron perpetradas por soldados americanos. "Pero estas cifras son sólo la punta del iceberg. La cifra oscura seguramente es muy superior al doble porque muchas mujeres y niñas prefirieron no hablar nunca de ello por vergüenza", explica, al tiempo que señala que la publicación de su libro, Cuando llegaron los soldados, es "sólo el principio". "Durante la primavera de 1945 las tropas americanas tomaron uno a uno los pueblos y ciudades de Oberbayern. En la mayor parte de ellos no encontraron resistencia alguna e incluso eran recibidos con banderas americanas en las calles, de forma que se instalaban en el ayuntamiento y después los soldados pasaban casa por casa. Efectuaban un primer registro en busca de combatientes o de armas y, una vez comprobado que estaban a salvo, comenzaban el pillaje. Se apropiaban de relojes, bicicletas, radios, gafas de sol, joyas y cualquier objeto que les gustase como souvenir. Después violaban a mujeres y niñas antes de marcharse". Así lo recuerda Charlotte W., que entonces tenía 18 años y que durante toda su vida ha asegurado que fue escondida a tiempo por sus padres. "Esas mujeres han fingido que no ocurrió o han guardado silencio durante décadas por vergüenza. Es un síntoma común en la mayor parte de víctimas", explica Gebhardt, cuyo objetivo con esta investigación es propiciar un reconocimiento para estas mujeres y para su sufrimiento, hasta ahora ignorado por las autoridades alemanas y por su- puesto por los responsables.

La mayor parte de las violaciones las llevaron a cabo soldados rusos, un aspecto más documentado en la Alemania occidental. Pero nada se sabía hasta el momento de las tropelías cometidas por los americanos. "Yo misma me he sorprendido por la dimensión de estos crímenes", admite la historiadora. Estas violaciones se prolongaron hasta 1955, cuando la región por fin recuperó su soberanía. Durante ese periodo de tiempo, 1.600.000 soldados estadounidenses estuvieron en territorio alemán.
Ni la administración alemana, inexistente, ni las tropas de ocupación llevaron registro de las violaciones. La mayor parte de las pruebas documentales las ha encontrado, explica, en los informes que realizó la Iglesia. El arzobispo de Múnich y Frisinga, ante lo que estaba ocurriendo en silencio, pidió a los sacerdotes llevar unregistro puntual sobre las actividades de los ejércitos extranjerosen la región y sus efectos sobre las comunidades. A estos registros que se conservan en Múnich pertenecen, por ejemplo, las anotaciones de Michael Merxmüller, párroco del pueblo de Ramsau, que el 20 de julio de 1945 escribió: "Ocho niñas y mujeres violadas, algunas de ellas en presencia de sus padres".
El 25 de ese mismo mes, el padre Andreas Weingand, de un pueblo al norte de Múnich, escribía: "Lo más triste durante su paso fueron las violaciones de tres mujeres: una casada, una soltera, y una niña virgen de 16 años y medio. Todas cometidas por soldados americanos fuertemente embriagados".
El padre Alois Schiml de Moosburg escribió el 1 de agosto de 1945: "Por orden del gobierno militar, una lista de todos los residentes y sus edades debe ser clavada en la puerta de cada casa. Como resultado de este decreto, (...) 17 niñas y mujeres (...) han debido ser llevadas al hospital, tras haber sido objeto de abusos sexuales repetidos".
La víctima más pequeña registrada en estos documentos fue una pequeña de siete años que contrajo una grave enfermedad venérea. La mayor, una mujer de 69 años.
"A menudo las tropas americanas pedían a las autoridades locales personal femenino, grupos de mujeres de 15 en 15, supuestamente para atender en las tareas de secretariado o cocina. Era un tipo de trabajo forzoso que a menudo encubría violaciones indiscriminadas. Los grupos de mujeres rotaban, eran sustituidas cada 15 días y cuando volvían a casa guardaban silencio incluso con sentimiento de culpa", describe la investigadora.
Además proliferaban las escapadas nocturnas en busca de mujeres indefensas. "Una noche llamaron a la puerta, eran siete soldados americanos armados. Exigieron que les preparasen comida y después violaron a mi abuela y a mi madre. Mi primo lo vio todo, pero nunca habló de ello. Mi madre y mi abuela tampoco", relata Maximiliane, que creció sin saber que era hija de uno de aquellos desalmados. "Comencé a sospechar cuando, ya universitaria, quise hacer un viaje de estudios a EEUU... A mi madre aquello la desestabilizó por completo y después de varios meses y de mucha tensión, mi primo me contó lo que había detrás de todo aquello".
Los soldados se vendían información, unos a otros, sobre en qué casas había mujeres y niños indefensos. "Lo que más me ha chocado todos estos años, desde que supe lo ocurrido, es que mi madre aceptó, sencillamente. En su concepción de las cosas, ellapertenecía al bando de los perdedores de la guerra y de alguna forma debía aceptar eso como un castigo. Nunca habló de ello", lamenta Maximiliane.
Bebés sin padres
Los embarazos fruto de aquellas violaciones son precisamente labase sobre la que la historiadora Gebhardt hace ahora sus proyecciones. Partiendo de que el 5% de los "niños de la guerra" nacidos de mujeres no casadas en Alemania y Berlín Occidental a mediados de la década de 1950 fueron el producto de una violación, da un total de 1.900 niños de padres estadounidenses. Atendiendo además a la estadística de la que se desprende que por cada nacimiento cabe suponer 100 violaciones, aparecen como resultado los 190.000 casos.
En los partes hospitalarios queda constancia de la brutalidad. "Además de violadas, muchas mujeres eran azotadas con fustas y látigos o atacadas con armas blandas".
En documentos judiciales constan pruebas también de suicidios de niñas de 13 años tras ser víctimas de violaciones en grupo, bien colgándose de una viga de la casa o bien ingiriendo altas dosis de esencia de vinagre, los dos recursos más utilizados. "Mi sobrina de 13 años fue violada en la habitación de al lado por 14 soldados rusos. A mi mujer la arrastraron hasta el granero y allí la violaron también. A la mañana siguiente, antes de dejar la granja, volvieron a hacerlo. Al abrir el granero encontramos su cuerpo destrozado", relata Otto H., que arrastró en su conciencia esa noche en una granja de Friedeberg, en Pomerania, el resto de su vida.
Después de los primeros meses de la guerra, en los que este tipo de abusos estuvo a la orden del día, proliferaron otro tipo de actos sexuales donde la frontera del consentimiento se vuelve mucho más difusa. El hambre y las precariedades de la postguerra llevaron a muchas alemanas a prostituirse por unas patatas con las que a menudo se alimentaba una familia. La propaganda estadounidensepromovió la idea de que las mujeres alemanas se sentían atraídas por las tropas americanas, lo que sirvió como argumento machista para los excesos.
Gebhardt insiste en que el sentido de retirar el velo es la denuncia de la crueldad con la que los conflictos bélicos afectan a las mujeres, sin que ni siquiera la historia se ocupe de esclarecer esos hechos, que se pierden en el olvido y en la psicología más profunda de las sociedades.

Destrozan un mosaico romano del siglo II en un yacimiento arqueológico en Écija

El mosaico era conocido como Annus e incluía una representación humana que, vista por un lado, aparentaba ser un niño, y mirada por otro era un anciano. Se trataba de una pieza única y de la que ya solo hay tres ejemplos en el mundo: dos en Italia y uno en Luxemburgo.


Un mosaico excepcional romano del siglo II, uno de los cuatro que existen en el mundo y ubicado en el yacimiento arqueológico de El Picadero de Écija (Sevilla), ha sido destrozado, hecho que investiga la Policía Nacional, que está examinando la grabación de las cámaras de vigilancia.
El mosaico, datado en el siglo II después de Cristo, era conocido como Annus e incluía una representación humana que, vista por un lado, aparentaba ser un niño, y mirada por otro era un anciano, y pertenecía a una domus o vivienda privada.
Se trata de una pieza única de la que, hasta el lunes, solamente existían cuatro ejemplos: dos en Italia, uno en Luxemburgo, y el de Écija, donde se había desenterrado hace diez años.
El destrozo se ha ensañado en la imagen central, de doble lectura, donde se podía ver la figura de un joven del cortejo báquico o a un anciano sileno, según el punto de vista desde el que se contemplara la pieza.
Según han informado fuentes de la investigación, en las imágenes estudiadas por la Policía se puede apreciar que un individuo accede al recinto ayudándose de un cubo para salvar los pinchos de la verja de hierro que protege el lugar, en el que permanece unos cuarenta minutos.
En ese tiempo, supuestamente causó destrozos en el mosaico y "pulverizó" varias de las teselas en una tumba musulmana cercana, que profanó esparciendo huesos humanos por todo el yacimiento arqueológico, y un patio de una casa romana -impluvium-.
En este último, desenterrado hace tan solo unas semanas, ha causado graves daños estructurales y en la pintura.
"Literalmente han arrancado media columna que se conservaba", ha explicado el arqueólogo municipal, Sergio García-Dils, quien ha añadido que de trata de un "un acto criminal", una denuncia en la que también coincide el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Écija, Rafael Benítez.
García-Dils ha lamentado estos hecho, ya que "era una de las señas de identidad del mundo romano que se había preservado durante siglos en la ciudad, lo hemos perdido de forma definitiva por culpa de estos actos criminales".
Para el arqueólogo, el atentado "no es vandalismo, no es gamberreo, esto es un acto criminal", que se explica por la excepcionalidad del mosaico desaparecido, ya que se trata de algo que va contra un patrimonio que es de todos, no sólo de los ecijanos sino de la humanidad".
García-Dils tiene claro que ha habido una intencionalidad en el asalto puesto que el "nivel de ensañamiento y de criminalidad sorprende".
"Sobre todo en estos días, que nos llevamos las manos a la cabeza con lo que está pasando en Siria, tendríamos que reflexionar que ese nivel de barbarie lo tenemos en Écija", ha agregado.
El yacimiento arqueológico cuenta con un sistema de cámaras de vigilancia, vinculado a la Policía Local, además de con un vallado perimetral al que hace algo más de dos años se le añadieron pinchos, tras sufrir un asalto en el que se quemó parte de la pasarela sobre el mosaico ahora destrozado.
Benítez ha afirmado que el Ayuntamiento hará "todo lo posible porque los implicados en esta barbarie paguen las consecuencias", y mientras tanto, el yacimiento arqueológico quedará cerrado al público.

domingo, 8 de marzo de 2015

El abrazo de las momias en el pico más alto de México

Un equipo de montañistas encuentra los cadáveres momificados de unos escaladores que desaparecieron en 1959.


La montaña más alta de México esconde una de esas historias de aventuras que solo puede ofrecer el alpinismo. Hace más de medio siglo, siete hombres que ascendían por la cara norte del Pico de Orizaba, a 5.300 metros de altura, sufrieron una avalancha de nieve que sepultó a cuatro de ellos. Los cadáveres nunca fueron recuperados. Esta semana, sin embargo, unos montañeros que cruzaron esa zona encontraron dos cadáveres momificados que podrían ser de aquellos que parecían devorados por la naturaleza. Las momias, según el equipo de rescate, estaban entrelazadas en uno de los abrazos más largos conocidos: 56 años.
La montaña ha dado algunas de las lecciones más edificantes que se conocen entre deportistas pero también ha ofrecido las más mezquinas. La rivalidad entre escaladores gloriosos adquiere tintes legendarios. Este caso no ha sido la excepción, ya que hay dos grupos enfrentados por el hallazgo. Una expedición de la Ciudad de México encontró el domingo la primera momia, por casualidad. Uno de los integrantes escalaba un cráter cuando resbaló y cayó. En ese momento divisó lo que creyó un coco sobresaliendo entre la nieve, un detalle tropical en medio del hielo. En realidad era una calavera.
Los alpinistas dieron a conocer el descubrimiento a través de las redes sociales y avisaron a la Cruz Roja. La fotografía que tomaron, la de la momia boquiabierta con un brazo asomando, se volvió viral. La noticia llegó a a oídos de Hilario Aguilar, de la Asociación Mexicana de Alpinistas, quien de inmediato quiso ascender hasta el lugar. Según cuenta Aguilar por teléfono, los colegas no le quisieron facilitar las coordenadas exactas. Igualmente inició el jueves la subida al volcán, ubicado entre los Estados de Puebla y Veracruz, y se topó con el cadáver. Desenterrando con mucho cuidado en los alrededores, descubrió que había un segundo cuerpo abrazo al primero. Los alpinistas encontraron también un jersey rojo, una chaqueta y una mochila, restos de una expedición perdida en el tiempo.
La idea de Aguilar y las autoridades del pueblo más cercano, el municipio de Chalchicomula, es rescatar los cuerpos la semana que viene, aunque puede que la maniobra deba posponerse por la amenaza de un frente frío. Los primeros expedicionarios tenían otros planes. Alberto Rangel ha contado a Efe que pretendían volver a la cima este domingo con la intención de recuperar el cuerpo. El grupo quería mantener en secreto el hallazgo por respeto a la víctima y a la familia. Su idea era avisar al Instituto de Antropología e Historia de México (INAH), pero la fotografía fue publicada en un grupo de escaladores en Facebook y comenzó a difundirse. Rangel señala que pretendía evitar, “como está sucediendo”, que escaladores "sin preparación" se hicieran cargo del rescate.
Hay alguien que tiene una fotografía de dos alpinistas vestidos con un jersey rojo. Los escaladores miran a la cámara, orgullosos, incluso desafiantes, sabedores de que se enfrentan a algo tan invencible como la naturaleza. Luis Espinoza guarda esa imagen como un tesoro. Era uno de los siete hombres que el 2 de noviembre de 1959 ascendieron al pico de Orizaba sin imaginar que la tragedia estaba a la vuelta de la esquina. Espinoza recuerda, en el periódico El Universal, cómo aquel día Enrique García, conocido como El Calavera, un joven de 17 años llamado Juan Espinoza Camargo, Manuel Campos, El Indio Verde, y Alberto Rodríguez quedaron sepultados bajo un alud que los sorprendió en un día claro, soledado, sin amenaza de tormenta.
Espinoza, ahora con 78 años, cuenta que al sentir la ola de nieve arrastrándole se acordó de la mujer a la que amaba, Chela, con la que nunca llegaría a casarse. En ese momento la montaña estaba dándole el beso de la muerte. Sin embargo, sobrevivió. Cuatro de sus compañeros no lo consiguieron. Al descender, fue a darle la noticia al padre del Calavera. El señor pensó de inmediato en el dolor que iba a sufrir su mujer. “Pobre madre”. Casi una vida después, las momias de dos de los alpinistas han sido encontradas, salvo que las pruebas de ADN digan lo contrario. Faltan dos cuerpos más. La montaña todavía guarda sus secretos.

El misterio de la construcción de las pirámides de Egipto, resuelto

Un equipo de físicos holandeses descubre el ingenioso truco que los egipcios utilizaban para desplazar los grandes bloques de piedra por la arena del desierto


La Gran Pirámide de Giza, la única de las siete maravillas del mundo que queda en pie, es quizás la construcción más estudiada de la historia. Pero, por mucho que se ha especulado sobre el asunto, el modo en que los egipcios lograron edificar ésta y otras pirámides sigue siendo uno de los mayores misterios de la arqueología.
Teniendo en cuenta que en la época no existían excavadoras ni grúas, mover dos millones de bloques de piedras de más de dos toneladas de peso cada uno debió ser una empresa titánica, imposible de realizar sin algún tipo de ingenio que permitiera desplazar las piedras por el desierto.
Se sabe que los egipcios conocían los trineos, que aparecen en numerosas pinturas murales, pero aún seguía siendo un enigma cómo los obreros lograban desplazar bloques de tanto peso, que a buen seguro se hundirían en la arena. Lo que acaba de descubrir un equipo de físicos holandeses, liderado por el profesor Daniel Bonn de la Universidad de Amsterdam, es que los egipcios usaban un truco simple y efectivo para facilitar el paso de los pesados trineos de madera cargados con piedras: humedecer la arena por la que se deslizaban.
Lo más curioso del hallazgo, es que el truco ha estado años delante de los investigadores sin que nadie reparara en él. Cualquiera puede observar en la pintura de una de las paredes de la tumba de Djehutihotep, jefe de una de las regiones del Alto Egipto durante los reinados de Amenemhat II, Sesostris II ySesostris III (1914-1852 a.C.), cómo una persona situada en la parte delantera del trineo arroja agua sobre la arena.
“Los egiptólogos creían que era un acto puramente ceremonial”, ha explicado Bonn a Live Science. “La pregunta es, ¿por qué lo hacían?”


Se necesitaban la mitad de obreros
Para comprobar si echar agua a la arena servía para desplazar con más facilidad los bloques de piedra por el desierto, los físicos construyeron en el laboratorio un trineo en miniatura y experimentaron con éste. En presencia de la correcta cantidad de agua, la arena húmeda del desierto es en torno a dos veces más firme que la arena seca, concluyeron los físicos. Y esto hace que la fuerza necesaria para mover el trineo se reduzca a la mitad, sencillamente porque la arena no se acumula delante del vehículo y la fricción es menor.
La razón es que cuando se agrega agua a la arena surgen los llamados puentes capilares, pequeñas gotitas de agua que unen a los granos entre sí. La técnica, en cualquier caso, es más sofisticada de lo que parece: si la arena se humedece demasiado mover el trineo es aún más difícil. “Si utilizas arena seca, no va a funcionar, pero si la arena está demasiado húmeda, tampoco”, asegura Bonn. “Hay una rigidez óptima”.
La cantidad necesaria de agua depende del tipo de superficie pero, según el físico holandés, la proporción óptima se sitúa entre el 2 y el 5% del volumen de arena. “Parece que mojar la arena del desierto egipcio permitía que se redujera la fricción lo suficiente como para necesitar la mitad de gente para mover el trineo en comparación con la tierra seca”, asegura Bonn.


Un descubrimiento de la antigüedad que puede ser útil hoy
El estudio, que se publicó la semana pasada en la revista Physical Review Letters, resuelve uno de los grandes misterios de la antigüedad, pero además podría tener aplicaciones prácticas para la ingeniería contemporánea.
Según los investigadores, el hallazgo podría ayudarnos a entender mejor el comportamiento físico de los materiales granulares como la arena, pero también el asfalto, el hormigón y el carbón, lo que permitiría el desarrollo de formas más eficaces de transportar estos materiales. Y esto no es baladí: el desplazamiento de estos cuatro elementos representa alrededor del 10% del consumo de energía del mundo.

La verdadera histora del Cortijo Jurado

El Cortijo Jurado es un clásico del misterio, pero al margen de su historia paranormal tiene otra mucho más terrenal...

Conocido a nivel nacional por sus presuntos fenómenos paranormales, la mansión la mandó construir la familia Heredia a mediados del siglo XIX.


A pesar de los trabajos de reforma, el Cortijo Jurado deja patente su estilo señorial dominando el paisaje junto a Campanillas. No hace falta mucha imaginación para revivir los buenos tiempos de una hacienda construida por la familia Heredia -una de las grandes fortunas de la época- a mediados del siglo XIX. Eso sí, no se sabe con exactitud el año de inauguración porque no se han encontrado las licencias de obra de un caserón en el que los Heredia pasaban sus días de recreo, pero en la que también contaban con extensa explotación agraria y ganadera. Su actual nombre no llegaría hasta mediados de los 70, cuando los Vega Jurado lo compraron.
De estilo ecléctico y neogótico, sus 2.500 metros cuadrados se articulaban en torno a un patio central, con capilla y torre mirador incluida. Y muchísimas habitaciones con la friolera de 365 ventanas, según cuenta la tradición oral, una para cada día del año. No faltaban unos amplios establos, además de sótanos de los que se ha llegado a contar que partían pasadizos secretos que comunicaban la hacienda con el Cortijo Colmenares (actual Club de Golf Guadalhorce), propiedad por aquel entonces de los Larios, grandes amigos de los Heredia. Pero las distintas obras que se han ejecutado en el entorno de Campanillas no los ha sacado a la luz, con lo que siguen formando parte de una leyenda popular que no para de crecer porque ni se confirma ni se desmiente con el paso de los años.
Luces y ruidos extraños
El Cortijo Jurado se ha convertido en lugar de peregrinaje de los investigadores del universo paranormal desde hace unas décadas. También de curiosos, como Julio Vázquez, un chico de 20 años que fascinado por lo que se contaba que ocurría en la propiedad fue con sus amigos en busca de aventuras. Se cayó en un pozo a más de 30 metros y se quedó en silla de ruedas. Pero las presuntas luces y sombras en la noche así como los ruidos extraños que allí se producen han atraído incluso a periodistas especializados que enlazan estos fenómenos con las misteriosas desapariciones de cinco chicas jóvenes entre 1890 y 1920 cuyos cuerpos se encontraron torturados cerca del cortijo. Pero también con los fusilamientos que tuvieron en su entorno durante la Guerra Civil, en el que la construcción ejerció como hospital además de convertir sus sótanos en calabozos.
Ya por aquel entonces la finca se encontraba a nombre de los Larios, que se la compraron a los Heredia en 1925 tras llevarles la filoxera y sus enormes gastos familiares a la bancarrota. Después llegarían a sus dependencias los Quesada e incluso un médico adinerado de Valladolid. Ya en 1975 pasaría a las manos de los Vega Jurado.
Con una escrutura protegida arquitectónicamente, el grupo Mirador se hizo con la hacienda para construir un lujoso hotel de 200 habitaciones en 2002. Solo se pusieron en esos años las estructuras de hierro para evitar más desplomes. Desde entonces el cortijo ha vuelto a cambiar de manos otra vez, a Promociones Pantie, que espera que vuelva a lucir como antaño.