martes, 27 de octubre de 2015

El macabro caso de los padres que mataron a golpes a su hijo en un ritual religioso en EE.UU.

Lo que empezó como una sesión de terapia espritual de un grupo cristiano acabó en el arresto de seis personas por los golpes que le costaron la vida a un joven de 19 años y causaron graves lesiones a su hermano, de 17. Dos de los detenidos son los padres de los chicos.


El caso ocurrió en Nueva Hartford, una pequeña localidad en el norte del estado de Nueva York, Estados Unidos, que no termina de creer que la secreta y reservada comunidad de la iglesia Word of Life (Palabra de Vida) haya sido capaz de un acto así.
"Los hermanos fueron sometidos a castigo físico durante varias horas, con el objetivo de que confesaran sus pecados y pidieran perdón", declaró el jefe del departamento local de policía, Michael Inserra.
Paliza fatal
Los hermanos Lucas y Christopher Leonard fueron presuntamente golpeados el pasado domingo por varios miembros del grupo religioso, calificado de "culto" por las autoridades locales.
Los propios familiares del mayor, Lucas, lo trasladaron horas después a un hospital, donde mintieron a los médicos y les dijeron que había sufrido una herida de bala. Falleció el lunes por la tarde.
A Chistopher nadie lo llevó a recibir ayuda.
La policía local de Nueva Hartford y la estatal de Nueva York abrieron una investigación conjunta cuando se les notificó la sospechosa muerte de Lucas.
A través de una serie de entrevistas con miembros de la iglesia, la policía supo que Christopher también había sido duramente golpeado en la misma sesión y comenzaron a buscarlo.
"Tardamos horas en encontrar a Christopher", explicó Inserra. Equipos de elite lo hallaron malherido en el segundo piso de la sede de la iglesia.


No se conoce la naturaleza de los supuestos pecados pero los dos hermanos sufrieron puñetazos y patadas que les causaron lesiones en el abdomen, genitales, la espalda y los muslos.
"Queremos entender por qué pasó esto, cómo la 'sesión de terapia' se fue de control de manera que le costó la vida a un joven", expresó Inserra. "Una vez lo sepamos, tranquilizaremos a la comunidad".
Detenidos bajo fianza
Este miércoles se produjeron los primeros arrestos.
Los padres de los chicos, Bruce y Deborah Leonard, de 65 y 59 años, se enfrentan a cargos de homicidio imprudente y agresión.
Ambos comparecieron ya ante el juez y se declararon inocentes. El juez fijó una fianza de US$100.000 para cada uno.
"No decimos que tuvieran la intención de matar a su hijo", señaló el fiscal de distrito del condado de Oneida, Scott McNamara, quien añadió que no tienen pruebas suficientes para acusarlos de asesinato.
"Sólo alegamos que intentaban lesionar seriamente a su hijo y que éste finalmente murió por las heridas".
El abogado de Deborah Leonard, Devin Garramone, aduce que la mujer se sintió incapaz de detener la sesión que escaló hasta el castigo violento de sus hijos.
"Conforme el acto se volvió violento, Deborah no tuvo la fuerza emocional para oponerse a los demás en la iglesia de la que es miembro desde hace 30 años", precisó Garramone.


"Parece que siguió la corriente y la situación se descontroló", añadió. "Esta mujer es tan sumisa y tímida que no tuvo el valor de enfrentarse a ellos y decir 'Uds. no van a castigar a mi hijo, no lo van a hacer'".
Cuatro miembros de la misma iglesia, entre ellos Sarah Ferguson, hermanastra de los muchachos, están acusados de agresión en segundo grado y quedaron detenidos bajo fianza de US$50.000 cada uno.
Los otros tres detenidos son Linda Morey, David Morey y Joseph Irwin.
Un grupo muy reservado
Desde que se conoció la noticia, los vecinos han estado haciendo declaraciones a los medios de comunicación, en un intento de explicar cómo pudo pasar algo así tan cerca de sus casas.
Algunos de ellos le dijeron al sitio de internet syracuse.com que esta iglesia es una "secta" y que se puede escuchar a sus miembros cantar en mitad de la noche dentro del edificio, que anteriomente era una escuela.
Otros hablan de un mundo de misterio y secretismo.


"Todo el mundo en la comunidad dijo siempre que algo raro pasaba ahí, todos nos sentimos igual", le dijo Connie Toukatly, vecina de 76 años, al diarioThe New York Times. "Pero es muy triste que se haya llegado a este punto".
Algunos de los miembros de la iglesia viven en la sede, donde la policía halló a varios niños que fueron entregados a los servicios de protección infantil del condado de Oneida.
Las autoridades cuentan que el grupo, que en su momento cumbre tuvo más de 40 miembros, ahora apenas cuenta con 20 fieles.

Cleopatra no pudo morir por la mordedura de una cobra

Según la tesis de una investigadora británica.



"¿Tengo el áspid en mis labios? ¿Caes? Si tú y la naturaleza podéis tan suavemente separaros, el golpe de la muerte es como el pellizco de un amante, que hiere y desea". Cuentan que, derrotada en el amor y en la guerra, Cleopatra (69 a.C.-30 a.C.) confió su vida eterna a los dientes agudos de una cobra egipcia oculta en un cesto de higos. Un relato cargado de dramatismo que una pareja de investigadores británicos pone ahora en duda ampliando el enigma que rodea a la última reina del Antiguo Egipto.
"Es algo que ha confundido a egiptólogos e historiadores durante mucho tiempo. Hubiera sido muy difícil para Cleopatra suicidarse con la mordedura de una serpiente", señala a EL MUNDO Joyce Tyldesley, egiptóloga del Museo de Manchester. "Le pedí consejo a un experto en serpientes, Andrew Gray. Me dijo que además de que las serpientes son demasiado grandes para estar ocultas en un cesto de higos y desaparecer después, su mordedura no resulta tan eficaz. Si hubiera muerto por una serpiente, sería una muerte larga y dolorosa. Así que es poco probable que fuera una cobra", agrega Tyldesley.
Según la literatura hasta ahora conocida, Cleopatra hizo mutis por el foro en las postrimerías de un agosto aciago. A principios de aquel mes de estío, Marco Antonio había muerto entre sus brazos atravesado por su propia espada al dar por cierta la noticia falsa del suicidio de su esposa. Cautiva en su palacio de Alejandría, la hija de Ptolomeo XII prefirió renunciar a la vida antes que aceptar el ocaso de la civilización faraónica y jurar obediencia a Octavio, convertido en el 27 a.C. en el primer emperador romano bajo el nombre de César Augusto.
El adiós de Cleopatra fue asistido por sus criadas Iras y Charmion. Descartada la cobra, la experta británica apunta a dos posibles escenarios de suicidio: "Pudo emplear un cuchillo, el método más sencillo y efectivo, o quizás usar el veneno extraído de las serpientes pero, en ningún caso, sería una serpiente viva", estima Tyldesley, autora del ensayo "Cleopatra, la última reina de Egipto".
La biografía de la soberana que se negó a gobernar una provincia romana habita aún amplias zonas de sombra pero ha sido un filón a lo largo de la historia. Escurridiza y embaucadora. Irresistible en el trato por su "voluptuosidad infinita al hablar" y la dulzura y armonía del son de su voz, declaró Plutarco. "La edad no puede marchitarla. (...) Provoca más hambre cuanto más satisface", escribió Shakespeare. Por obra de Elizabeth Taylor, Hollywood explotó su cliché de mujer fatal.
En busca de la tumba
En realidad, Cleopatra fue extremadamente inteligente e instruida en ciencias naturales, Filosofía, Medicina y Matemáticas. Políglota, fue el primer miembro de la dinastía ptolemaica en hablar egipcio antiguo. Pero su historia fue borrada igual que le sucedería a Hipatia tres siglos después en el mismo escenario. "Todavía hoy ignoramos muchas cosas acerca de Cleopatra. ¿Quién fue su madre? ¿Cómo falleció? ¿Dónde fue enterrada? ¿Qué sucedió exactamente en la batalla de Accio? [una contienda naval que venció Octaviano y perdieron Marco Antonio y Cleopatra]", enumera Tyldesley.
"Ni siquiera -añade- sabemos como era físicamente. Por eso estamos tan fascinados de ella". Con su planeado suicidio y su aún no esclarecido sepelio, Cleopatra venció a los conquistadores romanos, que trataron en vano de descubrir y allanar su lugar de reposo. Indómito y enigmático -como el carácter de la mujer que subió al trono a los 18 años-, su lecho permanece aún intacto.
En busca de su enterramiento, la arqueóloga y abogada dominicana Kathleen Martínez horada desde 2005 las ruinas de Taposiris Magna, a unos 45 kilómetros al oeste de la ciudad mediterránea de Alejandría. El complejo cobija entre sus muros un templo dedicado a Osiris, la deidad de la resurrección, y su cónyuge Isis, la gran diosa madre en la mitología egipcia. Su árido perímetro de 5 kilómetros, excavado a partir de la expedición militar de Napoleón Bonaparte de 1801, apenas había arrojado hallazgos hasta la llegada de Martínez.
"Estamos en presencia de una zona que podría ser el equivalente al Valle de los Reyes para la dinastía ptolemaica. Es muy probable que los últimos faraones de la historia, que luchaban contra los romanos para lograr su permanencia en el trono, escogieran un emplazamiento seguro y apartado como éste para no ser molestados en la vida de ultratumba", arguyó hace unos años la directora de la misión en una entrevista a este diario.
El pasado febrero su equipo halló una estela de caliza, tallada solo dos años antes que la piedra Roseta e idéntica a otra inscripción hallada en el templo de Isis en la isla de Filé, en el sur de Egipto."Es el descubrimiento más importante de nuestra misión. Hasta ahora se creía que el templo de Taposiris Magna, que no tiene inscripciones, nunca había funcionado como tal. Yo siempre pensé lo contrario y buscaba pruebas arqueológicas. La estela coloca al monumento en un lugar muy destacado en cuanto a la adoración de Isis", subrayó la arqueóloga.
Tyldesley alberga otra teoría sobre el enterramiento de la soberana que sedujo a Julio César y engendró a Cesarión. "El trabajo de esta arqueóloga es muy interesante y espero que pueda protagonizar un hallazgo espectacular. Sería fantástico hallar la tumba de Cleopatra. Pero mi tesis es que Cleopatra fue tal vez incinerada y luego colocada en una tumba en Alejandría", concluye la investigadora.

Una mujer se echa disolvente en los ojos para alcanzar su sueño de ser ciega

Jewel Shuping padece un desorden de identidad de la integridad corporal. Quienes sufren esta situación desean haber nacido con una discapacidad.


Lo que para algunos es una situación inevitable con la que convivir para ella era un sueño. Jewel Shuping, una mujer de Carolina del Norte, en Estados Unidos, deseaba ser ciega a pesar de disfrutar de una visión totalmente normal. Y lo ha conseguido. Se echó desatascador en los ojos para perder por completo la visión.
Shuping, de 30 años, soñaba desde niña con ser ciega. Un comportamiento que responde a una disfunción conocida comodesorden de identidad de la integridad corporal. Quienes padecen esta situación desean haber nacido con una discapacidad, así lo reconocen los expertos.
Sus familiares aseguran que desde niña, con apenas tres años, ya caminaba de noche por los pasillos a oscuras. Por ello, cuando alcanza la treintena, ha tomado la decisión de rociarse los ojos con disolvente que le ha destrozado las pupilas.
Según confirma ‘Fox News’, recibió la ayuda de un especialista para ello. De hecho, fue este quien proporcionó un sedante que le calmara el dolor en el momento de aplicarse el líquido. Ahora, Jewel Shuping es una invidente más.

La odisea del último Niño Salvaje

Francisco Tzoy se crió a su suerte en la selva de Guatemala. Cuando lo encontraron, se arrastraba por el suelo, se arrancaba mechones de pelo y se comía sus excrementos.


Dos agentes de policía patrullan por un camino rural del norte de Guatemala el 3 de mayo de 2010. De pronto descubren a una criatura extraña entre la maleza que no logran identificar. Parece un perro, un zorro o un lobo. Está cubierto de pelo, reposa en cuclillas y se desplaza a cuatro patas. Emite sonidos guturales y se acurruca para protegerse al sentirse amenazado. Los agentes no imaginan que en realidad se trata de un niño de unos 13 años, discapacitado psíquico, que lleva una década vagando por las montañas de la región del Quiché.
El niño se crió solo. Sus padres fallecieron cuando tenía tres años. El resto de su familia lo repudió por su discapacidad. Al encontrarse solo y desamparado, se fue rumbo a la llamada “selva nubosa”. Unos meses después, los agentes averiguaron que su nombre era Francisco Tzoy.


Aquella criatura era el último niño salvaje del planeta. Se considera “niño salvaje” o “feral” a una criatura que se ha criado fuera de la sociedad. La definición incluye a niños abandonados que fueron confinados o que se escaparon de su hogar.
La palabra salvaje invita a pensar en un medio como la selva. Pero hay niños ferales que fueron encerrados en jaulas.
No existe un registro que identifique a los niños salvajes que han aparecido a lo largo de la Historia. Sí se sabe que se han identificado seis casos desde que arrancó el siglo XXI: tres en Rusia, uno en Uganda, uno en Camboya y uno en las islas Fiji. Francisco es el séptimo y por ahora el último.


EL NIÑO TARZÁN
“Tenemos a un niño Tarzán”, dijeron los policías al trasladar a Francisco al hospital de Santa Cruz del Quiché. Se lo entregaron a Norma Lizette Rivera, la enfermera que lo acabó cuidando durante un año y medio.
“En mi vida he visto casos extraños pero ninguno como ese. Yo creo que es único en el mundo”, asegura Rivera. “En el hospital le llamábamos El niño cavernícola porque tenía el pelo por la cintura y caminaba a cuatro patas”.
Llegó desnutrido. Casi no se podía mover. No sabía hablar ni caminar erguido. Lavarlo era casi imposible. “Se ponía agresivo y no quería que nadie lo tocase”, recuerda la enfermera.
Lo más duro para la cuidadora fue descubrir que el niño se comía sus propias heces: “Se conoce que estaba acostumbrado a hacerlo. Se había criado en la selva sin ningún contacto humano, por lo que tenía que alimentarse con lo primero que encontraba”.
No sólo ingería sus excrementos: “También se restregaba en ellos y los esparcía por toda la habitación. Por eso hubo que aislarlo. No podíamos dejarlo con otros pacientes”.
Lo primero que hizo la enfermera fue intentar encontrar a un familiar que pudiese hacerse cargo del niño. Así fue como descubrió la dramática historia del pequeño.
HUÉRFANO DE DOS ALCOHÓLICOS
Guatemala es uno de los países más pobres del mundo. La región más castigada por la guerra civil que azotó el país durante casi cuatro décadas es El Quiché. Allí las zonas más míseras son las aldeas rurales, donde reside la población indígena. Una de las más pobres es Paraje Parraxaj, donde nació Francisco.
Hijo de padres alcohólicos, vino al mundo en una cabaña tras un parto sin asistencia médica. “Cuando un alumbramiento tiene tantas anomalías, no es raro que el bebé sufra algún tipo de daño cerebral”, indica la enfermera Rivera.
Se calcula que Francisco nació entre 1997 y 1998 aunque no se conserva ninguna partida de nacimiento que lo certifique. Su padre se llamaba Reginio y falleció cuando él tenía unos tres años. Su madre, Antonia Petrona, murió un mes después. Al verse solo, el niño empezó a vagar por los bosques. Nadie se preocupó de él.
En la aldea viven más miembros de la familia pero ninguno se hizo responsable de Francisco. “No fuimos capaces de cuidarlo”, se justifica su tío Ricardo Tzoy, que sigue viviendo en el Paraje Parraxaj.
“El niño no estaba bien desde su nacimiento. Le fallaba la tecnología”, intenta explicar Tzoy, una persona casi analfabeta que asegura que lo intentaron cuidar.
“Lo lavábamos y le poníamos ropa limpia”, explica. “Al rato se escapaba, desaparecía y volvía muy sucio. En esta aldea somos muy pobres y no hay agua potable. No podemos estar por él porque salimos a trabajar. Aquí se lucha por la vida”.
El niño pasaba largas temporadas en la selva. Según creen en el hospital donde lo cuidaron, comía hojas, raíces y sus propias heces. Cuando no encontraba alimento, bajaba al poblado.
SE PELEABA CON LOS PERROS
En la aldea nadie apostaba por la supervivencia del niño. “Yo pensé que estaba muerto”, reconoce una de las vecinas cuando le pregunto por él.
“Vivía en el bosque y a veces bajaba y se quedaba durmiendo debajo de los camiones. No tenía padre ni madre. Nadie lo cuidaba. Pobrecito ese niño”, lamenta en un castellano muy rudimentario.
Cuando se le pregunta por qué nadie ayudó al pequeño, se pone a hablar en quiché, la lengua que usan los indígenas.
Los habitantes de la aldea se desentienden. Nadie quiere hablar del niño igual que nadie quiso darle cobijo. En el hospital contaban que se limitaban a arrojarle sobras de comida debajo de un camión. Allí se peleaba con los perros por los restos de las tortillas de maíz. Luego volvía a la selva.
“Según nos explicaron en la aldea, el niño no bajaba muy a menudo”, explica la enfermera Rivera. “Pasaba la mayor parte de su tiempo en las áreas rurales donde convivía con los animales. Cuando llegó al hospital, tenía la piel quemada por el sol y numerosas cicatrices provocadas por ramas y piedras pero no por el ataque de un animal”.
UN AÑO Y MEDIO EN EL HOSPITAL
Al rescatar al niño, el hospital logró localizar a su familia. “Nos avisaron del Gobierno o no sé de dónde porque yo no me enteraba mucho”, reconoce su tío Ricardo. “Nos llamaron y les dijimos que si nos hiciesen el favor de cuidarlo sería mucho mejor”.
El tío desconoce su paradero y no quiere saber nada del pequeño: “Si está bien cuidado, que se quede donde está. Para mí es un gusto saber que está bien, pero que no vuelva porque no podemos mantenerlo”.
El niño se quedó en el hospital de Santa Cruz del Quiché, donde lo lavaron, le cortaron el pelo e intentaron educarlo. “Era imposible”, dice la enfermera Rivera.
Otra de las grandes batallas que mantuvo el personal del centro con Francisco fue la relacionada con la ropa. “Se la quitaba enseguida”, dice Rivera. “Nunca la había necesitado y se desnudaba en cuanto conseguíamos vestirlo”.
No era un niño agresivo pero se lesionaba a menudo arrancándose mechones de pelo. “Su entretenimiento preferido era romper una bolsa de basura de nylon”, recuerda la enfermera. “Le hacía más caso que a los juguetes”.
Francisco estuvo un año y medio en aquel hospital. “Es demasiado tiempo para nuestra institución, que no es un centro especializado para niños con discapacidad”, dice Rivera. “A veces teníamos que dejar de atender a otros pacientes para estar con él. Descuidábamos a los demás pero no estábamos con Francisco todo el tiempo que requería. No hay recursos para todo”.
Todo cambió cuando entró en escena la ONG catalana Vida i Pau.
UN CATALÁN LO SALVA
Vida i Pau es una ONG de Viladecavalls (Barcelona) que trabaja desde hace 12 años exclusivamente en la región de El Quiché. Su fundador y presidente es Josep Ibáñez (76 años), que fue a visitar al niño ante la petición de la Procuraduría General de la Nación (PGN).
“Nos comunicaron la existencia de un niño salvaje. Requería un internamiento en un centro especializado de la capital pero no había fondos públicos destinados a hacerlo”, recuerda Ibáñez, que ya había costeado el tratamiento de otros niños enfermos del norte de Guatemala.
“Cuando lo vi por primera vez, lo tenían aislado y metido en una especie de jaula de cristal. Fui a tocarlo y la enfermera me advirtió de que estaba lleno de excrementos. Era asustadizo y costaba acercarse a él. Se seguía quitando la ropa. Sólo se dormía en superficies duras. Sobre unas tablas o en el suelo. Le entretenían dándole trozos de plástico con burbujas”, recuerda Ibáñez, que al volver a España movió el caso por varios medios de la provincia de Barcelona.
Un músico de Viladecavalls llamado Lluís Muro se sensibilizó con el caso. Donó una cantidad de dinero que no quiere hacer pública para hacer posible el traslado del niño a la capital y costear su tratamiento. Así llegó Francisco en 2012 al Centro ABI, donde ha evolucionado hasta su estado actual.


UN CORDÓN ROJO

“Lo agarro así [lo abraza por detrás] y lo enderezo”, dice la cuidadora Lorena López al explicar cómo consiguió que Francisco caminase erguido. Ella es la persona que pasa la mayor parte del tiempo con él y a quien le debe gran parte de su evolución.
“Cuando llegó aquí, se arrastraba como un animalito y metía la boca en el plato para comer como hacen los perros con el hocico. Ahora ya camina erguido y usa cubiertos para alimentarse”, dice Estuardo Sitaví, uno de los educadores del centro. El niño ha dejado de arrancarse jirones de pelo y de restregarse con sus excrementos. Ya no se lesiona ni se pone agresivo cuando alguien se le acerca.
La clave para mantenerlo tranquilo es “que tenga siempre en las manos su pita roja y sin nudos”. Pita es la palabra que usan los guatemaltecos para denominar a los cordones de los zapatos.
Francisco ha elegido su pita. Es su nueva distracción y su único amigo. En cuanto se despierta, Lorena le ofrece su cordón rojo y Francisco se calma.
Es una de las pocas decisiones autónomas que toma: discriminar su cordón rojo entre otros de varios colores. Es el sustituto de la bolsa de basura y de los plásticos de burbuja que le calmaban en el hospital de Santa Cruz del Quiché. Acariciando la pita roja y haciendo movimientos estereotipados pasa las horas.
“Antes de percatarnos de lo que necesitaba se pegaba. Lo descubrimos de forma casual. Le dimos un cordón rojo y dejó de lesionarse”, rememora Estuardo.
“Tiene un cociente intelectual de cinco que lo sitúa dentro de la discapacidad mental profunda. De hecho, su edad mental es de nueve meses”, explican Gabriela Rodríguez y Leslie Muñoz, las psicólogas del centro. “No habla, sólo balbucea. Por eso le intentamos estimular el oído con instrumentos musicales. Le gusta mucho la música”.
Lorena, Estuardo, Gabriela y Leslie comparten cada día su tiempo con Francisco. Al igual que Norma, su primera cuidadora, consideran que en Guatemala ha alcanzado su tope evolutivo.
“Se necesita una persona que le estimule y esté por él constantemente y para eso hace falta dinero”, coinciden. Pero también creen estaría mejor en otro sitio. “En un país desarrollado, con suficientes recursos económicos y personal dedicado 24 horas al día a él, sería capaz de evolucionar mucho más”, asegura Estuardo Sitaví, que se niega a hacer una predicción: “Yo no le veo límite. El ser humano está hecho para evolucionar y él es un ser humano aunque durante gran parte de su vida no lo hayan tratado como tal”.

La ciudad fantasma china, ¿un universo paralelo o una invasión alien?

El skyline de una ciudad ha aparecido en las nubes de verias regiones chinas.
Unas inquietantes sombras han alarmado a la población de las regiones de Jiangxi y Foshan, ya que en las nubes se ha visto lo que podría ser una ciudad fantasma, al intuirse perfectamente el skyline de una ciudad. Muchas de las personas que han visto el vídeo consideran que esto es la prueba de que hay un universo paralelo o de que existe vida extraterrestre.


Las elucubraciones han ido más allá, según recoge ‘The Mirror’, en el canal de Youtube Paranormal Crucible se sugiere que esto podría ser obra de la Nasa, fruto de los experimentos del Poyecto Rayo Azul. Esto ni más ni menos es una teoría conspiratorioa que estaría llevando a cabo la administración espacial para simular una invasión alien o la segunda llegada de Jesucristo.
¿Estamos ante un fenómeno paranormal?
Los científicos tiran por la borda todas las teorías conspiratorias, fantasmales o de invasiones aliens. Esta “ciudad fantasma” habría aparecido como consecuencia de la ilusión óptica conocida como Fata Morgana, que se origina cuando la luz para a través de distintas temperaturas creando un espejismo.

El caso de una mujer acusada de brujería hace 300 años vuelve a ir a juicio

Maria Bertoletti Toldini fue decapitada y quemada en Bretonico, un pueblo italiano que ahora quiere recuperar su historia.


Cuando el consejo local de Bretonico, un pueblecito italiano situado en las faldas de los Alpes, se reunió hace dos semanas, sobre la mesa no estaban los típicos debates sobre la autonomía del colegio ni el uso público de los terrenos. Un asunto mucho más oscuro ocupaba la agenda municipal: hace 300 años, una mujer del pueblo fue decapitada tras ser acusada de brujería.
Maria Bertoletti Toldini, de 60 años, no era una figura particularmente extraordinaria, según los historiadores locales que han intentado reunir los pedazos de su vida.
Toldini era una viuda sin hijos que en el momento de su arresto, en agosto de 1715, se había vuelto a casar. Meses después, unos documentos únicos muestran que fue declarada culpable por crímenes que incluían múltiples infanticidios, herejía, blasfemia y la conversión de los cultivos en tierra yerma que dañó la producción vinicola del pueblo. También fue acusada de tirar a un niño de 5 años en una olla llena de queso hirviendo.
LA BRUTAL HISTORIA DE EUROPA
Toldini fue públicamente decapitada y su cuerpo fue quemado en un lugar que ahora está ocupado por el parque público de Bretonico.
Para el hombre que intenta limpiar el nombre de la mujer, Quinto Canali, concejal local de Cultura, el esfuerzo de crear un juicio real para la supuesta bruja supone un intento de luchar contra un período brutal de la historia europea y despojarlo de todo espíritu folklórico propio del romanticismo.
Canali asegura que su lucha nació después de presenciar, hace unos años, una "terrible" recreación teatral, destinada a turistas, que contaba la historia de Toldini despojando de toda humanidad a la protagonista.
"ERA INOCENTE"
"¿A quién se le puede ocurrir la idea de crear una comedia a partir de lo de Auschwitz?" se pregunta Canali. "Si vemos en nuestra historia actos en contra de la humanidad debemos darnos cuenta de que esa historia fue un error", añade.
"Es tan importante como lo fue hace 100 años, como lo será dentro de otros 100", prosigue Canali. "Aquí se cometió un asesinato injustificable, que no debería haber ocurrido. Mataron a una persona por motivos que no existen. Ella era inocente", agrega.
Entre el siglo XV y el XVIII, cerca de 50.000 o 60.000 personas, en su mayoría mujeres, fueron asesinadas en Europa después de haber sido acusadas de brujería. Las mujeres habían sido objeto de torturas para que confesaran o acusaran a otras de utilizar la hechicería.
VALOR SIMBÓLICO
El alcalde de Bretonico, Christian Perenzoni, apoya también el nuevo juicio. "Creo que hay un valor simbólico en realizarlo, también en cuanto a las mujeres", declara, y añade: "Hay una injusticia histórica respecto a las mujeres, hasta en las tragedias griegas siempre tenían que enfrentarse a las injusticias, al igual que ahora, aunque de otra manera".
"Si dejas pasar algo que sucedió hace 300 años, quizás también dejarías pasar algo que sucede ahora", finaliza Canali, y concluye: "El ayer es pasado, pero el pasado también es lo que ocurrió hace 300 años".

El mamífero español que convivió con los dinosaurios

Se llama Spinolestes, tiene 125 millones de años y fue hallado en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca). Su excepcional estado de conservación lo convierte en un hallazgo único.


Un equipo de investigadores españoles, con la participación de expertos de la Universidad de Bonn, acaba de presentar en sociedad el sorprendente fósil de un mamífero de hace 125 millones de añoshallado en el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca. Parecido a un roedor actual y del tamaño aproximado de una rata, el animal está tan bien conservado que se han podido analizar a fondo y con todo detalle incluso características tan inusuales como su pelaje. Los investigadores, además, lograron descubrir incluso que el pequeño mamífero pudo haber sufrido una infección por hongos en su pelo, algo que también les sucede a los mamíferos actuales. El trabajo se publica hoy en «Nature».
Hasta ahora, los tejidos blandos más antiguos hallados en el registro fósil no superaban los 60 millones de años. El hallazgo de Las Hoyas duplica esa edad y demuestra que, si de dan las condiciones adecuadas, también los tejidos, y no solo los huesos, pueden fosilizar y conservarse durante tiempos enormemente largos.
Gracias a ello, los investigadores han podido profundizar en aspectos hasta ahora desconocidos de la fisiología de los primeros mamíferos, que vivieron peligrosamente en plena era de los dinosaurios. Por ejemplo, resultó una sorpresa comprobar que los pelos de la parte posterior de este pequeño animal del Cretácico se funden en pequeñas espinas, similares a las de un erizo, aunque mucho más pequeñas. Esa característica es la que le ha valido su nombre de Spinolestes. Es la primera vez que se logran identificar espinas en un fósil de la era Mesozoica.
La piel del lomo de este antepasado de todos los mamíferos está, además, recubierta con pequeñas escamas. «Conocemos estas características en ratones espinosos modernos de África y Asia Menor -explica Thomas Martin, de la Universidad de Bonn-. Si un depredador les ataca por la espalda, las espinas se desprenden de la piel y el atacante se queda sin nada y con la boca llena de alfilere»". Es probable que ese mismo mecanismo de defensa estuviera ya presente enSpinolestes.
Pero el nuevo mamífero no es un ratón. De hecho, se trata de un pariente muy lejano y diferente de los ratones modernos. Según Martin «muestra características que solo podemos encontrar en los mamíferos modernos. Pero no se trata de signos de parentesco, sino que desarrollaron estas características de forma independiente. En el transcurso de la evolución, esos mismos rasgos se han "inventado" muchas veces».
Lo mismo se aplica a una caracteríastica muy especial de la columna vertebral de Spinolestes: cada vértebra individual cuenta con unos apéndices que le permiten encadenarse a las demás vértebras. Como resultado, su espalda era extraordinariamente fuerte, aunque la razón por la que necesitaba tanta fuerza sigue siendo objeto de especulación. «Hoy en día -explica Martin- podemos encontrar estructuras similares en los armadillos, los osos hormigueros y las musarañas africanas. Estas últimas, por ejemplo, utilizan su fuerte espalda para hacer caer al suelo hojas de palma desde el tronco del árbol y así acceder a los pequeños insectos y larvas que pueda haber entre los puntos de fijación de las hojas y el tronco».
El hallazgo procede del yacimiento paleontológico de Las Hoyas, en Cuenca, principalmente conocido por su riqueza en aves primitivas y fósiles de reptiles. Sin embargo, hace tres años, un equipo de investigadores dirigidos por la paleontóloga Angela Buscaglioni, de la Universidad Autónoma de Madrid, encontró el esqueleto fosilizado de un pequeño y desconocido mamífero. El equipo llevó su descubrimiento a la Universidad de Bonn, donde los huesos y el tejido fueron separados de la piedra caliza utilizando un procedimiento especial.
Sorprendidos por el buen estado del fósil
Los investigadores se confiesan particularmente sorprendidos por el excelente estado de conservación del fósil, especialmente del pelaje del animal. Algo que según Martin, «no tiene precedentes hasta la fecha». Junto a colegas de Francia, Alemania y Estados Unidos, el equipo español examinó esos pelos con todo detalle. Y entre otras cosas se comprobó que mostraban sutiles alteraciones que sugieren una infección por hongos. Es decir, que es posible que los mamíferos prehistóricos sufrieran el mismo tipo de enfermedades que sus descendientes actuales.
En cualquier caso, los resultados muestran con toda claridad que compartían por lo menos una de esas enfermedades. En palabras del profesor Martin, «hace 125 millones de años, Spinolestes estaba perfectamente adaptado a su nicho ecológico, tanto por sus escamas dorsales y espinas traseras como por su fuerte espalda». De esta forma, este fósil único desencadena toda una serie de nuevos hallazgos. «Debemos revisar nuestras teorías -concluye Martin-. Es cierto que los mamíferos eran muy pequeños durante la era de los dinosaurios. Pero ciertamente no eran primitivos».

Las aves que revoloteaban por encima de las cabezas de los dinosaurios

Una investigación demuestra que los primeros pájaros ya eran capaces de volar hace 125 millones de años.


Un equipo de investigadores, entre ellos varios españoles, demuestran que algunas de las primeras aves eran ya capaces de llevar a cabo «hazañas acrobáticas» hace 125 millones de años.
Las aves tienen una historia evolutiva realmente larga y compleja. Entre las primeras que conocemos, se encuentra el famoso Archaeopteryx, que vivió hace 150 millones de años en lo que hoy es el sur de Alemania. Y en España, el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca, ha dado a la Ciencia auténticos «tesoros fósiles», con algunas de las aves primitivas mejor conservadas del mundo. Sin embargo, la capacidad de volar de estas criaturas, y lo bien que lo hacían en el caso de que efectivamente pudieran volar, sigue siendo el centro de una prolongada controversia científica.
Ahora, un nuevo hallazgo en el que han participado investigadores españoles y recién publicado en Scientific Reports, documenta con todo detalle la compleja disposición de los músculos y ligamentos que controlan las principales plumas de las alas de estos tatarabuelos de nuestras aves actuales. Y los resultados indican que por lo menos algunas de estas aves primitivas eran capaces de llevar a cabo auténticas hazañas acrobáticas, muy similares a las de las aves de la actualidad.
Un equipo internacional formado por paleontólogos españoles (entre ellos el catedrático de Paleontología José Luis Sanz y los investigadores Angela Buscaglioni y Jesús Marugán-Lobón, todos de la Universidad Autónoma) se han unido al director del Dinosaur Institute del Museo de Historia Natural de Los Angeles, Luis M. Chiappe, para estudiar el ala excepcionalmente preservada de un ave que vivió en la actual península ibérica hace 125 millones de años.
Red muscular
Además de los huesos fosilizados, el ala de esta antiquísima ave revela detalles de la existencia de una compleja red muscular que también está presente en las aves modernas y cuya misión es, precisamente, la de controlar los ajustes de precisión de las plumas principales de las alas, lo que permite a las aves dominar el cielo.
«La coincidencia anatómica entre la red muscular preservada en el fósil y la que caracteriza a las alas de las aves actuales indica con fuerza que algunas de las primeras aves eran capaces de llevar a cabo las mismasproezas aerodinámicas que las que viven hoy en día», afirma Chiappe.
Un esqueleto diferente
Por su parte, Guillermo Navalón, de la Universidad de Bristol y autor principal del estudio, afirma que «resulta sorprendente que a pesar de que tenían un esqueleto muy diferente al de sus parientes de la actualidad, estas aves primitivas muestran curiosas analogías en sus partes blandas».
Las aves más primitivas, pues, volaban sobre las cabezas de los dinosaurios, aunque muchos aspectos de cómo era exactamente su forma de vuelo siguen siendo un misterio para los investigadores. «El nuevo fósil -asegura Chiappe- nos proporciona una ventana única para entender la anatomía de las alas de las aves que vivieron entre algunos de los mayores dinosaurios conocidos. Fósiles como éste son los que permiten a los científicos diseccionar y comprender los aspectos más complejos de la primitiva evolución del vuelo en las aves».