“No han robado nada, lo han destrozado todo con una maza y no se han llevado nada. Es un crimen, una pérdida irrecuperable”, lamenta Moyà, director del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), responsable de la excavación del yacimiento. El investigador recalca que ha sido una destrucción premeditada, no surgida al calor de un botellón en esa zona aislada. “No hemos encontrado nada, ni latas ni botellas”, afirma.
El yacimiento de Coll de Nargó se sitúa al oeste de este pueblo de 600 habitantes del Pirineo de Lleida. En su terreno se han hallado miles de huevos de varias especies de dinosaurios del Cretácico Superior emparentadas con los diplodocus. La zona destruida, llamada el Mirador del Cretáceo, estaba convertida en museo al aire libre y abierta al público. Albergaba una veintena de huevos, hoy arrasados. El 19 de marzo estaba previsto inaugurar una nueva exposición.
El nuevo ataque fue descubierto ayer durante "una visita rutinaria" por Àngel Galobart, investigador del ICP. “Me quedé como los huevos, de piedra”, recuerda. “Se trata de una destrucción minuciosa, alguien fue huevo por huevo reduciéndolos a polvo. No se puede recuperar nada”, denuncia. “No tenemos ningún indicio de que esta destrucción esté relacionada con el expolio de hace dos años”, asegura. La investigación, iniciada tras una denuncia puesta hoy por el departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, está en manos de los Mossos d'Esquadra.
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